sábado, 9 de febrero de 2019



LA INTERPRETACION FINANCIERA
DE NUESTRA ECONOMÍA
Carlos E. Lanusse, Club político Independiente, 6/2/19

Para comprender nuestra economía vale comparar lo que dicen un “salvador de la patria” y un “financista auténtico”. El primero sostiene: “Necesitamos una alta tasa de interés, así la gente no va al dólar y se crea estabilidad. Ésta detiene la inflación y si mantenemos el dólar inmóvil entonces la derrotaremos…y Argentina se salva”.
El financista autentico dice: “Necesitamos una alta tasa de interés para  alcanzar altas ganancias, y para que los intereses se puedan dolarizar es necesario que el dólar no suba. Nuestra inversión, los intereses y el capital, volverán a dólares sin costos ni riesgos. Así, el alto interés en pesos se convierte en alto interés en dólares, mientras en EEUU sólo nos pagan el 2% anual”
Los independientes decimos: “los dos argumentos difieren, pero ambos quieren lo mismo, tasas altas y dólar quieto. ¿Es coincidencia, o nuestros financistas no son auténticos y se disfrazan de salvadores de la patria? Porque en realidad, con tasas altas nuestra economía no hace más que derrumbarse, nuestro PBI per cápita caerá 8% en el período macrista, la pobreza aumentó al 30%, no hay inversiones, la inflación es como en 2015 pero con enorme endeudamiento y este seguirá creciendo por intereses y créditos”.
Entonces preguntamos: “¿es que los financistas nos engañan porque son sutiles, no dicen lo que hacen y tienen un Relato para clase media desinformada?” Y también,  altas tasas y dólar quieto, ¿son receta liberal o un mamarracho argentino?” Porque en los libritos las altas tasas son contrarias al crecimiento y pueden mantenerse por seis meses o un año, nunca cuatro años seguidos. Y dicen, el atraso cambiario termina explotando en el mercado cambiario. (Milton Friedman se dio cuenta de la diferencia entre el liberalismo y nuestros financistas, por eso no vino a la Argentina).
El FMI no responde a financistas
El plan financista, hecho por macristas, explotó. Lo hizo en una corrida cambiaria gigantesca, entre abril y septiembre. Entonces el Presidente, o dejaba su cargo o se entregaba atado al FMI. Como ocurrió.
Pero, ¿quién es el FMI? ¿Un organismo financiero del mundo de los negocios o está para financiar naciones y evitar que caigan en estrangulamiento financiero? Entre el FMI y los financistas hay diferencias, se da una sorda lucha entre ambos. El primero quiere cobrar y nuestros  financistas quieren ganar, pugnan por mantener una tasa de interés gigantesca, del 50% con inflación del 30%, mientras el FMI requiere bajar la tasa hasta dejarla levemente positiva.
Si bajando las tasas no hay corrida… ¿porque no bajarlas más? Y con corrida, ¿para qué hay reservas por 66 mil millones, más 11 mil en marzo? ¿Son de adorno y pagamos intereses?
Mientras, la realidad social dice: “quien tiene hambre tiene prisa”.
El tipo de cambio desde hace cuatro meses está por debajo de $40, con  inflación de más de 30%, con lo que se aprecia nuestra moneda a pasos agigantados. No es lo que pide el FMI, que propicia ajustes ascendentes. Hoy todavía ganan los alquimistas financieros, de la mano de los asesores de campaña interesados en el partido, nunca en la Nación.
Para los centros financieros nada mejor que una moneda fuerte, atrae fondos, como en Suiza y Wall Street. Para los países que no son centros financieros, como el nuestro, corresponde una moneda competitiva para vender la producción generando dólares genuinos.  Algo no deseado por los financistas… se les cae el negocio.
La tasa de interés en el Mundo
Sobre las tasas de interés, el mundo sigue a los países ricos: comprendieron que la riqueza se alcanza con incorporación de tecnología y bajísimo costo de capital. Al punto que si sube un punto la tasa de desocupación en-seguida baja la tasa de interés, el presidente de Estados Unidos puso el grito en el cielo cuando las tasas  llegaron al 3% anual… y la FED reculó.
Mientras, nuestros salvadores financieros van por intereses del 20% real, (5o% de tasa y 30% de inflación) con seguro de cambio a cargo de la política cambiaria. Nuestros financistas, ¿son así por ingenuidad, avaricia o estupidez? Y en este caso, ¿por qué los demás también debemos ser estúpidos y volver a votarlos?
Un economista e historiador no peronista, como Daniel Larriqueta dice, “La masa asombrosa de deuda que ha acumulado el gobierno vuelve a colocar a la Argentina en situación de no poder soportar siquiera los servicios que requieren otra vez no menos del 5% del PBI, que debería generar un aparato productivo diezmado, descapitalizado, desconectado del mercado mundial y arrinconado en un mercado interno escuálido” (Clarín 5/2/19)
Ésta no es una cuestión partidaria, sino en un tema económico, que nos afecta a todos. Si repetimos el experimento financiero, ¿porque vamos a tener resultados distintos? Debemos arreglar con el FMI, no con un gobierno de financistas.
La Economía de las Naciones
El intento de globalización llegó a un límite difícil de superar. El mundo  entendió que no existe nada más que Naciones. Tal vez algunos contratos y asociaciones, pero no estables ni de largo plazo y hasta Europa luce rajada. Ello se ve, de manera patética, en la descoordinación de los bancos centrales, la fluctuación constante de las monedas entre sí y los vaivenes bursátiles. El desorden global actual es el fracaso de la globalización y demuestra que la voluntad política de las naciones no ha sido vencida, es decir que los financistas perdieron. No tienen qué poner sobre la mesa y la mesa está quebrada.
Sí se comprueba la correspondencia entre la productividad de las naciones y el valor de sus monedas, toda economía que tenga baja productividad y moneda fuerte, cae en fracaso. No queda patrón oro ni patrón dólar y las monedas se sustentan en sus economías. Por eso los argentinos no debemos hacer del dólar nuestra moneda, sino hacer competitiva a nuestra economía. Y esto no se logra  a pedal financiero, sino con la economía real: la de Producción, Tecnología y Trabajo.
Necesitamos al sector financiero, no su visión interesada sobre la economía. Para no depender del mismo se requiere equilibrio fiscal, cosa que no entienden ni nuestros políticos ni los asesores marquetineros, ellos adhieren al Gasto para comprar votos…con fracaso económico inmediato. Un gran Gasto acuesta a la Economía, eleva el costo del capital.
Sin partidismos baratos ni financismo caro, una nueva síntesis equilibrada pugna por ser parida, nacerá en estas elecciones o después de ellas.









No hay comentarios.:

Publicar un comentario