domingo, 21 de febrero de 2021

 

                               CULPA PORCI NON EST SEI CUIUS EI NUTRIT

 

 

 

 

Es una expresión usada frecuentemente la que alude a que “donde se aprieta salta el pus”. En la Argentina kirchnerista de hoy no es necesario apretar, el pus sobrenada cada acción del gobierno.

El último episodio, lamentable y doloroso por donde se lo mire, vinculado a las llamadas vacunas VIP agrega un eslabón más a una larguísima cadena que puede resumirse en una palabra: IMPUNIDAD.

Impunidad para el sinnúmero de funcionarios y políticos procesados y condenados por actos de corrupción que hoy gozan de una injustificada libertad.

Por no hablar de miles de delincuentes comunes liberados invocando razones sanitarias por la epidemia de Covid o por el inexplicable acortamiento de sus condenas.

Pero todo lo anterior solo es posible por la inexistencia de un Poder Judicial independiente, libre de la influencia de ridículas teorías garantistas o de las presiones del poder político.

Es así que cobra vigencia la expresión latina del encabezado que traducida significa: “La culpa no es del chancho sino de quien le da de comer”.

En otras palabras, en tanto y en cuanto no se cuente con una Justicia que merezca el nombre de tal (aun cuando no es posible negar la acción de jueces y fiscales merecedores de nuestro respeto)  la irrespirable atmósfera delictiva que nos ahoga seguirá entre nosotros.