CERRAR FILAS
Durante doce años, desde 2003 hasta
2015, un sector político devenido en organización para delinquir llevó a cabo un saqueo nunca
visto antes. Un ingreso excepcional en divisas provenientes de las
exportaciones se esfumó entre el despilfarro y los negocios turbios.
Basta una rápida visión sobre los
innumerables procesos judiciales abiertos y aún en trámite en manos de una
justicia lenta e irresoluta para siquiera valorar la magnitud del saqueo.
Donde se investigue salta el pus de
la corrupción: servicios diversos, alquiler de hoteles, contratación de obra
pública, pagos irregulares por parte de particulares al estado, compra de
insumos tan inocentes como cunas infantiles, licitaciones arregladas de
antemano, material ferroviario obsoleto y un entramado de ílicitos en
connivencia con el gobierno venezolano por no hablar de un sinnúmero de
irregularidades que se resumen en el obsceno espectáculo de desaprensivos y
despreocupados sujetos contando fajos y fajos de dólares ante las cámaras.
Todo lo anterior se ha hecho público
por todos los medios infinidad de veces.
Ya el daño es irreparable y sus
secuelas traducidas en pobreza y atraso persistirán por años.
Pero hay algo todavía peor: de
acuerdo con los encuestadores más serios un muy significativo porcentaje del
electorado estaría dispuesto a votar la fórmula que implica el regreso a ese
pasado oprobioso incluyendo reformas de la justicia y de la Constitución que
generarían un camino sin retorno y un populismo mil veces peor porque carecería
de la riqueza que dilapidó en su anterior gestión.
El Ateneo Juan Bautista Alberdi,
comprometido como nunca en la defensa de la libertad y las instituciones de la
República hace así un llamado a todos los ciudadanos de bien para cerrar filas
y evitar que el extravío de algunos políticos lleve a la Argentina a una
condición de estado fallido que por su pasado histórico no merece.
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