JOVENES ALBERDIANOS
sábado, 23 de febrero de 2019
sábado, 16 de febrero de 2019
LA REBELIÓN DE LAS
CLASES
Carlos E. Lanusse, Club político
Independiente, 12-2-19
Más allá de la política
y la economía nuestra sociedad crece y en ella emergen dos clases sociales
diferentes a las del siglo veinte. Ha cambiado el sustrato social de la
política, desde que nuestras clases son culturales, no económicas como fueron.
Vale formular dos conjuntos de palabras para compararlos y entender
la diferencia, comprendiendo a la vez como las usan unos y otros. Al hacerlo
surgen diferencias en el uso del lenguaje y las conceptuales correspondientes. Éstas, dividen dos clases culturales:
las del “lenguaje de la calle” y del
“lenguaje del conocimiento”,
respectivamente.
A partir de la diferencia e interacción entre esos lenguajes,
resulta más fácil deconstruir la actitud agrietante que compromete nuestro futuro como
conjunto, como Nación. En el primero las palabras son: pelota, trabajo, bicicleta,
perro, auto, zapatilla, celular, conchero, guita, etc., en el segundo son: conjunto,
entropía, energía, lógica, monetización, precios relativos, interpretación financiera,
capacidad ociosa, filosofía, etc.
Entre ambos conjuntos hay una enorme diferencia en el nivel de abstracción, el primero
se refiere a objetos perceptibles por los sentidos y manejables desde el
sentido común. El segundo está formado por abstracciones, que no pueden tocarse
u olerse, no son comunes ni se interpretan con sentido común. Manejarlas
implica un nivel cultural mayor, son las palabras que utiliza el conocimiento, nunca la calle.
En un lenguaje hay falta de trabajo, en otro capacidad ociosa
instalada.
Las personas que usan el lenguaje del primer conjunto sufren
el día a día, los otros, con mayor retribución, prefieren referirse al mediano
y largo plazo, entonces, la opinión
política entre unos y otros puede ser también diferente. Y sabemos que, si para
encontrar soluciones dependemos de la clase del lenguaje de la calle, las mismas
serán de corto plazo y no irán por las
causas sino por los efectos. La calle no pregunta por las causas, la
democracia electoralista asociada, tampoco. Con la clase del “lenguaje del
conocimiento” hallaremos soluciones duraderas y, a la larga, con mejores resultados… pero, ¿cómo llegamos a la larga?
“Haciendo encuestas” dicen unos, “esperar que la educación
haga lo suyo” dicen otros. “Tirarle
caramelos demagógicos a los incultos”, como hacen Cristina y los “hábiles” de
campañas políticas. “No solucionar, sino barrenar lo que hay” dicen los políticos.
Entonces, la marea social aupada a nuestro electoralismo demagógico crece, nos
azota contra el piso cultural y…el largo plazo desaparece.
Salvo que aprendamos a
gobernarnos en un escenario amplio y generoso, con los lenguajes de la calle y
del conocimiento a la vez, pero sin posverdad ni demagogia (ver último subtítulo).
¿Cómo actúan
nuestras majadas?
Frente un ruido o movimiento extraño las ovejas corren, se
aceran entre si y luego siguen al carnero que puntea. Si el espanto continúa,
surge otro carnero que corree en otra dirección y muchas lo siguen. Las majadas
no corren hacia un lugar, siguen a un líder momentáneo, de forma cambiante y
aleatoria. Nuestros conjuntos tribales y masas urbanas, seguidoras de caudillos
carismáticos y punteros barriales, actúan lamentablemente como nuestras
majadas.
Ese es el recurso de las personas de bajo nivel cultural, que
se agrupan para defenderse, sin mala intención ni perversidad, explicó Ortega
en “La Rebelión de la Masas”. Perversos
son los que aprovechan del des-conocimiento grupal de los incultos y los usan
para poder y corrupción. Como aplaudió Ernesto Laclau y practicaron Néstor y Cristina, representantes sin prestigio cultural,
por ello no determinantes de nuestro futuro.
La lógica de masas tiene soporte cultural en su “lenguaje de
la calle”, y tal que los que gobiernan masas no saben cómo gobernar a la clase del
“lenguaje del conocimiento”. Esa realidad abruma al peronismo, no
sabe cómo enfrentarla, aunque hace camino al andar, como cuando reúne a Frigerio y Pichetto por la
financiación de la política o entiende el rol cultural de Roberto Lavagna.
Merece especial consideración lo actuado por un conservador
de la mejor intención, que antes hizo un enorme daño a nuestra cultura
política: Roque Sáenz Peña. Pues al sancionar la ley que incluye el voto
obligatorio en un contexto de alto analfabetismo, destruyó el lenguaje del conocimiento en la política. El que tanto
había hecho en el periodo de Reconstrucción Nacional, hasta la generación del
ochenta inclusive. De allí en adelante privó el “lenguaje de la calle”, todavía
hoy en la política, aunque no prevalece en el resto de la cultura. Es decir, la política quedo atrasada, estancada,
definiendo un nuevo desafío: reconstruirla.
Clases comparadas
Desde el siglo diecinueve las clases se definían por nivel
económico, la de altos ingresos, la de ingresos bajos y la media, con ingresos
entre ambas. Esa clasificación ya no cuenta, porque entre las clases económicas
alta y media, ya no hay diferencias
culturales. Es más, la clase media ilustrada es de mayores conocimientos que
nuestra clase económica alta, y en clases definidas por capacidad de abstracción, ambas conforman una sola. A fines del
siglo diecinueve y principios del veinte, había que ser de clase económica alta
para acceder al “lenguaje del conocimiento”, pero actualmente la diferencia de
clases es cultural, representa un problema de educación de jóvenes y adultos, ya
sin connotaciones políticas como la “dictadura
del proletariado” o el “socialismo del siglo XXI”. Terminó el tiempo de las
clases económicas y sus resentimientos, la Cultura es la esperanza mayoritaria.
Como gobernar-nos
sin posverdad ni demagogia
Vale entender lo que ha hecho el macrismo en lo económico,
para formular un razonamiento por el absurdo: “dado este pésimo resultado
gobernemos-nos de otra forma”. Pero, ¿cuál
fue y es esa forma errónea sin mala intención?
Tres desprecios por el conocimiento desnudan al macrismo.
Hizo la campaña del 2015 sin proyectar ningún plan económico, asumió el gobierno
sin hacer diagnostico alguno y una vez en el poder se dedicó al gradualismo al tanteo y sobre la marcha. Indefinición con contradicciones
internas permanentes, por falta de conocimiento macroeconómico y ausencia de
resultados. Patética y evidente en 2018.
El macrismo fue por detrás
de los hechos, corrigiendo efectos, cuando en un escenario cultural degradado
corresponde aplicar conocimientos anteriores al gobierno, buscar resultados y
después, solo después, ir por la aprobación del electorado. A la inversa de lo hecho por el macrismo,
dedicado a “no molestar al electorado” para
ir con encuestas por detrás del mismo. En lo económico, el macrismo es de clase alta
sin capacidad de abstracción, por lo que perdió prestigio intelectual, además
de sus pésimos resultados. ¿A quién le
sirve una centroderecha ambigua, superflua en el conocimiento y fracasada en
los hechos?
La otra clase se pregunta, ¿cuál es la lógica de la más alta,
si es capaz de abstracciones pero trae
pobreza, desocupación, cierre de empresas, inflación y endeudamiento? El peor de los daños del macrismo es el
efectuado a la Cultura: derrumba su prestigio. Por eso giremos hacia la Democracia del Conocimiento, culturalmente
diferente y opuesta a la Democracia
Electoralista, de punteros y o marquetineros.
Es meta para una
sociedad abierta. Nunca para un candidato.
sábado, 9 de febrero de 2019
LA INTERPRETACION
FINANCIERA
DE NUESTRA ECONOMÍA
Carlos E. Lanusse, Club político
Independiente, 6/2/19
Para comprender nuestra economía vale comparar lo que dicen
un “salvador de la patria” y un “financista auténtico”. El primero sostiene:
“Necesitamos una alta tasa de interés, así la gente no va al dólar y se crea
estabilidad. Ésta detiene la inflación y si mantenemos el dólar inmóvil entonces
la derrotaremos…y Argentina se salva”.
El financista autentico dice: “Necesitamos una alta tasa de
interés para alcanzar altas ganancias, y
para que los intereses se puedan dolarizar es necesario que el dólar no suba. Nuestra
inversión, los intereses y el capital, volverán a dólares sin costos ni riesgos.
Así, el alto interés en pesos se convierte en alto interés en dólares, mientras
en EEUU sólo nos pagan el 2% anual”
Los independientes decimos: “los dos argumentos difieren,
pero ambos quieren lo mismo, tasas altas
y dólar quieto. ¿Es coincidencia, o nuestros financistas no son auténticos
y se disfrazan de salvadores de la patria? Porque en realidad, con tasas altas
nuestra economía no hace más que derrumbarse, nuestro PBI per cápita caerá 8%
en el período macrista, la pobreza aumentó al 30%, no hay inversiones, la
inflación es como en 2015 pero con enorme endeudamiento y este seguirá
creciendo por intereses y créditos”.
Entonces preguntamos: “¿es que los financistas nos engañan
porque son sutiles, no dicen lo que hacen y tienen un Relato para clase media
desinformada?” Y también, “altas tasas y dólar quieto, ¿son receta
liberal o un mamarracho argentino?” Porque en los libritos las altas tasas
son contrarias al crecimiento y pueden mantenerse por seis meses o un año, nunca cuatro años seguidos. Y dicen, el
atraso cambiario termina explotando en el mercado cambiario. (Milton Friedman se
dio cuenta de la diferencia entre el liberalismo y nuestros financistas, por
eso no vino a la Argentina).
El FMI no responde a
financistas
El plan financista, hecho por macristas, explotó. Lo hizo en
una corrida cambiaria gigantesca, entre abril y septiembre. Entonces el
Presidente, o dejaba su cargo o se entregaba atado al FMI. Como ocurrió.
Pero, ¿quién es el FMI?
¿Un organismo financiero del mundo de los negocios o está para financiar naciones
y evitar que caigan en estrangulamiento financiero? Entre el FMI y los
financistas hay diferencias, se da una sorda lucha entre ambos. El primero
quiere cobrar y nuestros financistas
quieren ganar, pugnan por mantener una tasa de interés gigantesca, del 50% con
inflación del 30%, mientras el FMI requiere bajar la tasa hasta dejarla
levemente positiva.
Si bajando las tasas no
hay corrida… ¿porque no bajarlas más? Y con corrida, ¿para qué hay reservas por
66 mil millones, más 11 mil en marzo? ¿Son de adorno y pagamos intereses?
Mientras, la realidad social dice: “quien tiene hambre tiene prisa”.
El tipo de cambio desde hace cuatro meses está por debajo de
$40, con inflación de más de 30%, con lo
que se aprecia nuestra moneda a pasos agigantados. No es lo que pide el FMI,
que propicia ajustes ascendentes. Hoy todavía ganan los alquimistas financieros, de la mano de los asesores de campaña interesados
en el partido, nunca en la Nación.
Para los centros financieros nada mejor que una moneda fuerte,
atrae fondos, como en Suiza y Wall Street. Para los países que no son centros
financieros, como el nuestro, corresponde una moneda competitiva para vender la producción generando dólares
genuinos. Algo no deseado por los
financistas… se les cae el negocio.
La tasa de interés
en el Mundo
Sobre las tasas de interés, el mundo sigue a los países
ricos: comprendieron que la riqueza se alcanza con incorporación de tecnología y bajísimo costo de capital. Al punto
que si sube un punto la tasa de desocupación en-seguida baja la tasa de interés,
el presidente de Estados Unidos puso el grito en el cielo cuando las tasas llegaron al 3% anual… y la FED reculó.
Mientras, nuestros
salvadores financieros van por intereses del 20% real, (5o% de tasa y 30%
de inflación) con seguro de cambio a cargo de la política cambiaria. Nuestros
financistas, ¿son así por ingenuidad, avaricia o estupidez? Y en este caso, ¿por qué los demás también debemos ser
estúpidos y volver a votarlos?
Un economista e historiador no peronista, como Daniel
Larriqueta dice, “La masa asombrosa de deuda que ha acumulado el gobierno
vuelve a colocar a la Argentina en situación de no poder soportar siquiera los
servicios que requieren otra vez no menos del 5% del PBI, que debería generar
un aparato productivo diezmado, descapitalizado, desconectado del mercado
mundial y arrinconado en un mercado interno escuálido” (Clarín 5/2/19)
Ésta no es una cuestión partidaria, sino en un tema económico,
que nos afecta a todos. Si repetimos el
experimento financiero, ¿porque vamos a tener resultados distintos? Debemos
arreglar con el FMI, no con un gobierno de financistas.
La Economía de las
Naciones
El intento de globalización llegó a un límite difícil de
superar. El mundo entendió que no existe
nada más que Naciones. Tal vez algunos contratos y asociaciones, pero no
estables ni de largo plazo y hasta Europa luce rajada. Ello se ve, de manera
patética, en la descoordinación de los
bancos centrales, la fluctuación constante de las monedas entre sí y los vaivenes
bursátiles. El desorden global actual es el fracaso de la globalización y
demuestra que la voluntad política de las naciones no ha sido vencida, es decir que los financistas perdieron.
No tienen qué poner sobre la mesa y la mesa está quebrada.
Sí se comprueba la correspondencia entre la productividad de
las naciones y el valor de sus monedas, toda economía que tenga baja productividad
y moneda fuerte, cae en fracaso. No queda patrón oro ni patrón dólar y las monedas
se sustentan en sus economías. Por eso los argentinos no debemos hacer del
dólar nuestra moneda, sino hacer
competitiva a nuestra economía. Y esto no se logra a pedal financiero, sino con la economía real:
la de Producción, Tecnología y Trabajo.
Necesitamos al sector financiero, no su visión interesada sobre la economía. Para no depender del
mismo se requiere equilibrio fiscal, cosa que no entienden ni nuestros políticos ni los asesores marquetineros, ellos adhieren
al Gasto para comprar votos…con fracaso económico inmediato. Un gran Gasto acuesta a la Economía, eleva
el costo del capital.
Sin partidismos baratos
ni financismo caro, una nueva síntesis equilibrada pugna por
ser parida, nacerá en estas elecciones o después de ellas.
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