LA PATAGONIA TRAGICA
En 1921, en remotos parajes de la Patagonia argentina, en
ese entonces Territorio Nacional de Santa Cruz se registró el levantamiento de
peones rurales y otros trabajadores
asalariados como consecuencia de las extremadamente rigurosas condiciones de
trabajo impuestas por estancieros y terratenientes que habitaban aquellos
parajes.
Las sociedades obreras que lo protagonizaron estaban
dominadas por dirigentes anarco-sindicalis
tas. Luego de infructuosas
tratativas para una solución pacífica se llevó a cabo una cruenta
represión por parte de tropas del
Ejército Argentino al mando del teniente coronel Héctor Benigno Varela luego de
que los huelguistas protagonizaran tomas de varios establecimientos rurales.
Un elevado número de ellos fue abatido en enfrentamientos
armados y otros fueron fusilados.
Además del jefe
militar antes mencionado se responsabilizó al gobernador de Santa Cruz por la
represión si bien la orden final había partido del Gobierno Nacional en ese momento a cargo de Hipólito Yrigoyen.
Estos sucesos fueron de alguna manera silenciados por dicha
razón y posteriormente salieron a la luz en dos publicaciones : “La Patagonia
Trágica” y “Los vengadores de la Patagonia trágica”.
Este último fue el más conocido y difundido, luego
recreado para el cine como “La Patagonia
rebelde”.
Hoy , la historia parece
repetirse: toma de campos y propiedades, atentados , amenazas e incendios
provocados que han sido atribuidos, con
fundamento, al RAM ( Resistencia Ancestral Mapuche).
Sus dirigentes, tal como fue denunciado por el diario La
Nación, son asesorados por abogados como
Fernando Vaca Narvaja y Roberto Perdía, ex jefes Montoneros.
Sin que ello implique en modo alguno
establecer una vinculación con las medidas tomadas por el gobierno en 1921 es
necesario denunciar la actitud de indiferencia y, lo que es peor, de cuasi
complicidad por parte del Gobierno el cual es manifiestamente incapaz de
imponer orden y autoridad frente a tan graves sucesos.
Una clara evidencia de dicha falta de autoridad ha sido la
lamentable imagen del Presidente de La Nación acosado por manifestantes que
pusieron en riesgo su seguridad personal, algo inadmisible en una visita de un
Jefe de estado.