viernes, 26 de marzo de 2021

 

                                                          

                                             LA PATAGONIA TRAGICA

 

En 1921, en remotos parajes de la Patagonia argentina, en ese entonces Territorio Nacional de Santa Cruz se registró el levantamiento de peones  rurales y otros trabajadores asalariados como consecuencia de las extremadamente rigurosas condiciones de trabajo impuestas por estancieros y terratenientes que habitaban aquellos parajes.

Las sociedades obreras que lo protagonizaron estaban dominadas por dirigentes anarco-sindicalis

tas. Luego de infructuosas  tratativas para una solución pacífica se llevó a cabo una cruenta represión  por parte de tropas del Ejército Argentino al mando del teniente coronel Héctor Benigno Varela luego de que los huelguistas protagonizaran tomas de varios establecimientos rurales.

Un elevado número de ellos fue abatido en enfrentamientos armados y otros fueron fusilados.

Además del  jefe militar antes mencionado se responsabilizó al gobernador de Santa Cruz por la represión si bien la orden final había partido del Gobierno Nacional  en ese momento a cargo de Hipólito Yrigoyen.  

Estos sucesos fueron de alguna manera silenciados por dicha razón y posteriormente salieron a la luz en dos publicaciones : “La Patagonia Trágica” y “Los vengadores de la Patagonia trágica”.

Este último fue el más conocido y difundido, luego recreado  para el cine como “La Patagonia rebelde”.

Hoy , la historia parece repetirse: toma de campos y propiedades, atentados , amenazas e incendios provocados  que han sido atribuidos, con fundamento, al RAM ( Resistencia Ancestral Mapuche).

Sus dirigentes, tal como fue denunciado por el diario La Nación,  son asesorados por abogados como Fernando Vaca Narvaja y Roberto Perdía, ex jefes Montoneros.

 Sin que ello implique en modo alguno establecer una vinculación con las medidas tomadas por el gobierno en 1921 es necesario denunciar la actitud de indiferencia y, lo que es peor, de cuasi complicidad por parte del Gobierno el cual es manifiestamente incapaz de imponer orden y autoridad frente a tan graves sucesos.

Una clara evidencia de dicha falta de autoridad ha sido la lamentable imagen del Presidente de La Nación acosado por manifestantes que pusieron en riesgo su seguridad personal, algo inadmisible en una visita de un Jefe de estado.