LA TOMA DE LA
BASTILLA
Ya lejano en el tiempo pero siempre
presente en la memoria colectiva, un suceso conmovió a las monarquías europeas.
El monarca y los niveles superiores de
la sociedad festejaban y bebían alegremente en sus pasillos mientras los pobres
morían de hambre en la calles.
Lo anterior condujo a unos de los días
más oscuros y violentos de la historia de Francia: el Día de la Toma de la Bastilla.
Hoy en la Argentina, mientras millones
de jubilados apenas sobreviven con haberes miserables, la vicepresidente de la
nación ha sido beneficiada con un vergonzoso fallo por el cual percibe dos
cuantiosas pensiones a lo que debe agregarse su sueldo como tal.
La directora del INADI dispone del
organismo como si fuera de su propiedad para evitar el blanqueo de su empleada
doméstica trayendo el recuerdo de Marx que no le pagaba a su sirvienta.
Los ejemplos abundan: numerosos
funcionarios vinculados con el poder aparecen filmados por cámaras ocultas o
investigados por la Justicia manejando millones de dólares.
Estos excesos obcenos se conocen cuando
el cincuenta por ciento de la población se encuentra en la pobreza y sumergida
en las carencias más abyectas en materia de seguridad, vivienda , educación y
trabajo digno mientras que los demás habitantes sufren el agobio de una
creciente presión impositiva.
Nuestros actuales gobernantes debieran recordar el antecedente histórico mientras permanecen inmersos en un relato en
el que ya nadie cree seriamente.