lunes, 24 de octubre de 2016

Reflexiones sobre Martín Fierro en el siglo XXI

REFLEXIONES SOBRE MARTIN FIERRO EN EL SIGLO XXI
Enrique A. Mussel

Martín Fierro es el poema nacional, pero no siempre bien leído. En la obra lucen los versos 2239 a 2250 con que termina la primera parte , donde el protagonista le dice al sargento Cruz con quien está abandonando la civilización y yéndose a vivir con los indios. 
" Fabricaremos un toldo,
como lo hacen tantos otros
con unos cueros de potro
que sea sala y sea cocina
...
" Allá no hay que trabajar,
vive uno como un señor;
de cuando en cuando un malón,
y si de él sale con vida
la pasa echao panza arriba
mirando dar güelta el sol."
...
a más de eso en los malones 
podemos aviarnos de algo

Horrible mensaje que José Hernández corrige en La Vuelta, escrito 7 años después: el gaucho tiene que trabajar, tiene que tener casa y escuela, Iglesia, etc. Pero en el siglo XXI todavía se le dijo al pobre marginado que ni estudia ni trabaja: "Andá y metete en la villa, allí no hay que trabajar, vivirás como un señor, te daremos un subsidio, si bien, de cuando en cuando irás a un piquete, un acto con la obligación de aplaudir y a votar por la causa o el relato cuando llegue la ocasión, y si esto sabéshacer, lo pasarás echao panza arriba mirando los goles que liberamos del secuestro para que veas futbol todo el día. Fabricate un toldo como lo hacen tantos otros, con unos cartones rotos que sea sala y sea cocina. A más de eso en los piquetes y salidas podrás aviarte con algo. Y si no sabés que hacer en la villa te dirán: no seas sonso, metete en la droga, como negocio y/o solución.

Volvamos al poema de José Hernández. Después de Caseros la vida del gaucho empezaba a cambiar, se había terminado la vida anterior. ¿Que había pasado?: Llegó el ferrocarril, el progreso, la globalización, la agricultura, la inmigración, el alambrado, no había más carretas, con la damajuana cerca. (en los versos 229 y 230 M .F. recuerda que después de un trabajo solía llamarlo el patrón para darle un trago de caña) 
"pues siempre la mamajuana vivía bajo la carreta"

Pero ya no había damajuana ni carreta, estaba el ferrocarril, manejado por los gringos y le pasará como le pasó a Santos Vega, “que si cantando murió aquel que vivió cantando fue, decían suspirando, porque el diablo (el progreso) lo venció”.

Hernández recibió críticas por la exaltación de este matador arrebatado, entre ellas la de Santiago de Estrada, en marzo de 1879, que escribió en el Diario La América del Sur: "No se nos oculta que el libro del Sr. Hernández contiene un peligro, que sería conveniente que él hiciera desaparecer, luego que se diera cuenta cabal de su importancia. Aun cuando es verdad que la condición del gaucho es abominable, que hasta cierto punto explica sus excesos, la enumeración de sus hazañas, el elogio de su valor, ejercitado en líneas sangrientas, debiera contrapesarse, enseñándole a condenar los extravíos de su sensibilidad..." Y el gran poeta ya se había dado cuenta y publicó para esa misma época “La vuelta de Martín Fierro". Y para corregir su paradigma identitario da maravillosos consejos a sus hijos y al hijo de Cruz que tenemos que valorar como su último testamento que deroga los anteriores; que es el que vale.


El trabajar es la ley
Porque es preciso adquirir...
Sangra mucho el corazón 
del que tiene que pedir...

Debe trabajar el hombre
Para ganarse su pan,
Pues la miseria en su afán
... Llama en la puerta de todos 
Y entra en la del haragán


... el hombre de razón 
No roba jamás un cobre
Pues no es vergüenza ser pobre
Y es vergüenza ser ladrón.

El hombre no mate al hombre
Ni pelee por fantasía 
Tienen en la desgracia mía
un espejo en qué mirarse

Y en los versos 4827/8 : "Debe el gaucho tener casa,
Escuela, Iglesia y derechos

Es la conversión del populismo a la institucionalización, como dijo José Isaacson en su “Encuentro político con José Hernández” de 1986.
Y siguen los consejos y en el verso 4791, al final de La vuelta,

"Convinieron entre todos 
en mudar allí de nombre"

Decisión donde asume el fracaso de su vida anterior y carga sobre sí la culpa que el Gaucho Martín Fierro, en la Primera Parte, descargaba sobre el sistema social. Es esta la primera muerte de M.F. según Jorge Luis Borges, que en el cuento "El fin" lo hace matar por el hermano del negro al que él mató al principio del poema.

Lamentablemente de Martín Fierro se recuerdan más las aventuras y desventuras de la primera parte, pero hay que seguir explicando la conversión de Hernández y de su criatura poética para entregar un nuevo ideario que facilite la elevación personal y social de los argentinos.

¿ Podremos cambiar el deleznable mensaje sostenido en el relato populista del Siglo XX y XXI? Ya pasaron 70 años desde que estamos en estas pruebas, el mismo lapso que duró el “socialismo real” en Rusia. Hay que volver a explicar al pueblo argentino que hay que trabajar, estudiar, tener casa de sólidas paredes y libros no solo alpargatas. Hay que volver a predicar esos nuevos (viejos) valores. Ya cayó el muro de Berlín, y ya se vio qué había detrás de la fachada del comunismo soviético y como se derrumbó por el hastío social, sin violencia. Y nadie lo defendió. ¿Nuestro escueto triunfo de la democracia republicana en 2015 se consolidará? ¿ Ya podemos declararnos liberados? Sí, pero por si acaso expliquemos sin descanso el último testamento de Martín Fierro, para que así sea.











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